-La boda de Natalia
Nervios a flor de piel. En la mañana de su boda, Natalia decidió relajarse mientras se maquillaba con una copita de champagne.
El vestido preparado, los complementos encima del tocador y los zapatos esperando ser puestos.
Natalia confesó que uno de los momentos más especiales de ese día era ponerse al fin, el vestido de sus sueños.
40 botones y un manojo de nervios.
Esta fabulosa pedrería en plata colocada en su cadera evocando la belle èpoque,
destaca sobre la fina muselina en la que se confeccionó su vestido.
¡Ahora ya no queda nada! Natalia saliendo del coche nos muestra en esta foto todos los detalles tan estudiados para ese momento.
¡Un recogido con volumen y flequillo ladeado acompañado de una trenza, un bouquet de pequeñas rosas y unos buenos tacones!
Los recién casados salen exultantes tras haberse dado el Sí quiero en una entrañable ceremonia.
¡Todo dispuesto para el banquete!
Y así es como acabó la fiesta, no solo para los más pequeños.