Carlota Casiraghi

Si sus dos primeros vestidos de novia resultaron llamativos por lo diferentes que eran entre sí, ya que uno era de estética más roquera y el otro evocaba al glamour de los años 50 que caracterizaba a su abuela Grace Kelly, con este tercero vuelve a romper con lo esperado y cambia radicalmente de estilo. Carlota ha elegido esta vez un diseño de estética vintage, muy romántico e integrado con el escenario de la provenza francesa, entorno al que también ha escondido un guiño al llevar un ramo compuesto por lavandas y briznas de trigo. Cuenta con un falso escote Bardot adornado con una capa de delicado tul de finos motivos vegetales, mangas semitransparentes, cintura entallada y falda vaporosa con detalles de volantes y pequeños bordados. Tal y como ha confirmado la propia firma, se trata de una creación exclusiva de Giambattista Valli, diseñador que estuvo en la primera boda de Carlota.